Estamos ante un producto principalmente ahorrador, aunque pueden contratarse bajo perfiles más inversionistas. Nacido al calor de la Ley 35/2006 de IRPF, en vigor desde enero de 2007. Con este producto el legislativo priorizó la fiscalidad de las prestaciones en forma de renta. Y es que los PIAS están llamados a complementar la jubilación que proporciona el sistema público. Se entendió por el Gobierno que era necesario que la gente contratara planes para su junbilación más allá de la Seguridad Social, dotándose su contratación de importantes ventajas fiscales, siempre y cuando la prestación se cobre en forma de renta vitalicia.